jueves, 28 de febrero de 2019

VIDA

No es competir.
No es la palabra,
ni la fidelidad del sometido.
No es ya el néctar, tampoco la calma:
una mano cogida con fuerza
  —unos pies pequeños por la orilla—,
sino el oro celeste que regala
sin decidir la primera vez que lo hizo
todo lo que ves.

Tu opinión ablanda huesos,
aprovéchalo, me dijeron.
Cavar fosas gratuitas y verter en ellas 8 metros cúbicos de lo tenido hasta el momento.

Cuando eches de menos el frío,
la primera vez que lo hagas,
celebra tu dicha.
Es una fiesta, me dijeron.
Me explicaron el principio
pero nunca que el final
comienza con el frío.

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