RETROALIMENTACIÓN

Hoy, un día,
te han gritado tanto
y te lo has creído tanto
que has olvidado tu nombre.

Era alguien tras el espejo.
Creerás defenderte
y tú misma juzgarás
y dictarás la sentencia:

arrancarte los ojos, y luego la garganta,
y luego la piel
para formar otra persona

con lo que más odias de ti.
Otra persona, o la misma
que hoy, u otro día
te gritará desde el espejo.

GOLPE DE ESTADO DEL TODO

El silencio emana arreglo a la gravedad,
pero no la de este mundo.
Ilusos los que miran.

El viaje ya no existe,
el tiempo ha muerto
y ríe con alivio tras haber gritado: "¡Casa!".

Atónito, el resto empieza a creerse importante
sin más motivación que el espejo de su cueva.

La ilusión se torna verdadera,
gana la fuerza a la fuerza,
el absurdo sustituye a la gracia:
comienza la dictadura del Todo.

UN DÍA CUALQUIERA - Sólo quería narrar

Y bien, he alquilado mi cara
y dado dos pasos a la izquierda
y descrito lo que es un día en mis nervios.
Pero se han acercado a mí y me han dicho
que no es para tanto
y claro, he tenido que desmontar muchas películas
y abrir muchas manos
y correr en tres dimensiones.
Y no.


Sólo quería narrar.

Digo: el rumor en los ojos claros,
la boca clara

     se llena de humo

               que me ahoga.

NO no
Qué
Destensa, relaja. Te cuento:
Texturas y más texturas
Exigencias
qué poco importan, aún recuerdo cuando me las comí y las bauticé como recursividad
Fue un evento precioso, yo allí, y yo también y yo también. Pero inútil como cualquiera.
Oh, qué emoción.

Yo no he crecido, yonohenacido

Oh, diosa perspectiva

No hay fallo
no hay fallo
no hay fallo.
Yacer, impaciente
e inmóvil por fuera
siguiendo instrucciones
que alguien inventa y escupe sobre la marcha, durante el recorrido de círculos cerrados que completan sus ojos
habitantes de una cueva de espejos.

Hay dos huecos
y ninguno espera.

Hay dos contratos
sin condiciones.

Queda la virtud, queda la elección, queda todo lo que sí
si
la intensidad se hace a un lado y grita.

Oh, diosa perspectiva.

Patrocinas mi saliva

Azar natural
bajo las sábanas,
el silencio.

La gravedad es una invención,
también el tiempo:
tu centro y mi centro deciden.

Algo pasa dentro y fuera,
pero qué atención prestar
mas que allá donde alcanza la vista:
la oscuridad que no es oscura, por fin.

En qué momento
la razón
sobre ella misma
salta
de alegría y de lo contrario.

Y cuándo no,
sino
mientras puede.

Retrato

No hay vértigos desde mis puntas, parece que algo sabe bien.

Pero riendas ahora azotan como látigos. Yo mando en mi propia esclavitud.

Pulso

¿Fuerza?

Exhausto.

No encajo en mí.

Grito con mi cuerpo y aún nadie me escucha.

Aclaro desde dentro que el norte está ahí.

Juntos, a kilómetros; lo relativo de la distancia.

Cuando me aprendí, me perdí y me volví a aprender.

Cuando guiaban mis movimientos, y ahora me da por virar.

Sin control.

Mi control.

¿Qué control?

Sometimiento.

Al fin lo veo, aun sin consuelo: los escucho y se ríen de mí.

Son seres, extraños, en mi misma celda y que yo construyo.

Cárcel de huesos, músculos y nervios.

Cuando puedo: más. Sin darme cuenta: menos.

Me quito culpa, yo me ciego...

Y planeo el desahucio de mis demonios, sin asumir la realidad que yo oculto.

Está claro: se revelan castigándome; y me pierdo y me caigo y casi me vuelvo a rendir.

Pero entonces se alivian mis miedos; la idea de libertad: oportuna.

Lo más parecido: aceptarlo.

Aceptarlo y dejarme llevar.

En la consulta: el chiste remunerado

Sabes

Cuando te muerde

No ignores

No te muevas

Elige

las betas no son tus amigas

los vértices tampoco

las luces tampoco

así que no

Habla

No oigo

Más cerca

Mira, 

no estoy

Respeto,        antiadherente

esculpe,        escupe

qué tinta, qué tinta, qué tinta...

Cierra al salir.

PERO DÓNDE VAS

ahora calla

a ver, llora

a ver, llora

No te pases

Mírate

a ver, te entiendo

mejor espera

lo haces mal

Baila

No oigo

Más fuerte

Mírate 

[...]

Tú vales mucho

No te mereces

Huye

la prisa está al caer

y no intentes invertir las cargas

La vida

Uno está primero pero otro está más arriba
Ambos iluminan igual de poco

Ninguno llega antes

Tormento (leve): la muerte sólo alcanza una vez

Tormento (leve): la muerte sólo alcanza una vez.
Castigo divino, adivino: tú lo querías.
Danza de costumbres, a gusto en tu paladar
Custodiado por quienes preferían arriesgarse.

Regazo de garantía, prometía, arremetía...
Antítesis de cuerpo, gritando en segunda persona.
Sollozos atentos, con intención de resurgir
renacer cuando las cenizas ya no escuchan ni te miran
Tampoco hablan, ni se mueven, ni piensan, ni esperan.
Has perdido la razón, se pudre lo que anteriormente eras.

Tormento: pues la muerte os alcanza a la vez.

Qué miras

Me pasa que no concuerdo ni en tiempo ni en persona con el deber ni con la casualidad
Incoherencia o error gramatical extrapolado al dolor del cuerpo.
Donde hace ya días que escapo, muy cerca hablan de negocios: "La queja en la boca porque pagamos por respirar y la sospecha en los ojos si nos regalan aquello que nosotros no daríamos gratis".
Relativo
Contrario
Divertido
Me muevo con los ojos cerrados, alargo el brazo y atino a apagar el televisor casi a la primera. "Qué miras".

Primero segunda

Manías

Me arrastraré por debajo de tu cama cuando no estés

Me colaré en tu mente cuando no esté

Daré vueltas en círculo por tus nervios

Me daré cuenta de que sí sé si me descubres

Descubrirás que sí ves cuando sea de noche

Buscaré fuera una excusa,

tú me esperarás en el salón

sin aparentes ganas

pero

mirada

[...]

tiempo

[...]

razón